MARINEROS

Anclado me quedare por siempre en tu puerto

amarrare mis velas y el timón se quedara quieto.

La brújula yacerá sin norte, porque tú lo eres todo

mis puntos cardinales y el motor que gira en mi centro.

Las celosas olas y también el furioso viento
golpearan de sotavento a barlovento

invitándome a partir, a dejarte en la noche y en silencio

del cielo bajara una centella y de seguro caerá un trueno

tratando de que marche hacia el mar azul y abierto

pero de ti yo como una ancora me aferro

con el corazón amarrado con un nudo marinero.

Y se he de marchar será contigo y a tu lado

porque nuestro amor será un galeón, el invencible barco

donde navegaremos a mar adentro
y no temeremos al Dios del Mar ni tampoco al Dios del Cielo.
Tu subirás gentil a mi mástil
yo bogaré con suavidad con tu remo

porque tú serás mi eterno capitán
y yo seré tu obediente marinero.

Por Félix Esteves